El Palacio de la Bahía de Marrakech se encuentra distribuido en planta baja, y es el resultado de haber ido añadiendo numerosas casas y patios adyacentes al edificio original.
Fue a finales del siglo XIX cuando el gran visir Sidi ahmed ben Moussa decidió iniciar la construcción de este palacio, para el cual convocó a los mejores artesanos de Marruecos.
Las obras duraron seis años y tras terminar su construcción en el año 1900, el Palacio de la Bahía se presenta como un gran laberinto de salones y patios, sin ninguna uniformidad, pero con rincones de una enorme belleza arquitectónica.
Habitaciones y la arquitectura del palacio Bahía
El palacio tiene 150 habitaciones y varios patios, si bien sólo se visita un tercio de sus dependencias que, para darte cuenta de su verdadera dimensión, en total ocupan ocho hectáreas. El que todas las dependencias se distribuyan en una planta baja se debe a la gran obesidad del visir, lo que le dificultaba subir escaleras.
En tu paseo por el Palacio de la Bahía de Marrakech vas a poder disfrutar de la máxima expresión artística de la arquitectura marroquí, la cual es una combinación de la árabe y la andaluza, con una bellísima decoración.
Se puede visitar sólo un tercio del palacio, porque el resto es propiedad privada de la familia real.
Sin duda, lo que más impresiona del palacio de la Bahia es el gran patio, llamado Patio de honor. Consiste en una inmensa explanada de 50 por 30 metros, cubierta de mármol y zelliges (mosaicos geométricos típicos de Marruecos), rodeada completamente por una galería que apoya en esbeltas columnas de madera decapada. También a este gran patio daba la imponente Sala de Honor de 20 por 8 metros, la más grande y suntuosa del palacio, utilizada en recepciones oficiales y cuyo cielorraso pintado destaca por su belleza.
También se pueden visitar pequeños patios interiores que dan paso a salas donde Moussa recibía a los gobernantes y embajadores, tales como la Sala del Consejo, donde resalta especialmente el cielorraso pintado, u otras que fueron sus apartamentos privados. Más tarde, en estas salas fueron instaladas las oficinas del mariscal Lyautey, en tiempos del protectorado francés en Marruecos.
El visir Ahmed ben Moussa era un hombre influyente, envidiado y temido por su crueldad, hasta el punto en que el mismo sultán, cuando Moussa fallece en el año 1900, ordenó saquear el palacio de la Bahia y trasladar las pertenencias a su propio palacio…
Visitar el palacio con guía local
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