Marrakech es un paraíso de compras y, en especial, los Zocos (Suq en árabe) que se ubican dentro de la Medina son el atractivo principal de esta actividad. A pesar de que Marrakech cuenta con una gama extensísima de oferta de productos, no se puede comprar en todos lados; para saber en dónde gastar el dinero bien ganado hay que aprender a comprar. A continuación, comparto con ustedes lo mejor de la producción artesanal marroquí y una pequeña guía de compras.

¿Qué comprar en los zocos de Marrakech?

La tercera fuente de ingresos de Marruecos es el turismo y eso se ve reflejado en los laberintos estrechos y coloridos que forman los miles de comercios que adornan las calles en donde se extienden los Zocos, desde la Medina hasta la Mellah (barrio judío), y que están especialmente diseñados para atraer a los compradores extranjeros. En Marrakech hay millones de cosas que ver, sin embargo, las más destacadas, originales y vistosas son:

Los textiles marroquíes. Seda, lino, casimir, algodón y lana son la materia prima de los más hermosos caftanes y chilabas (indumentaria tradicional marroquí), mascadas, bufandas, blusones, blusas, pantalones, manteles, servilletas, toallas de hammam, tapetes, alfombras, bolsos, pulseras, vestidos y una larguísima lista de tejidos para todo tipo de uso.

Sería imposible describir la belleza y colorido intenso de esos pasillos, bien metidos en los Zocos, en donde se esconden los talleres en los que, todavía hoy día, se hilan y tiñen artesanalmente, con afecto, calma y técnicas milenarias, las telas que serán utilizadas para manufacturar las más espectaculares prendas.

En nuestro paso por Marrakech visitamos tanto tiendas tradicionales como galerías finas y en ambas encontramos negocios familiares cuya herencia es el acervo de centenares de años de conocimientos y práctica confeccionando verdaderas obras de arte que se funden con la piel de quien las porta. En particular, quedamos prendados por la belleza y calidad de los artículos encontrados.

Caftanes y chilabas

Los caftanes y las chilabas que uno puede probarse ahí son de ensueño, lo que hace que la visita a esta galería textil sea obligada, especialmente porque por sus estancias han transitado nobles, reyes, actores y deportistas de fama internacional, cuyas fotografías se despliegan con orgullo en el área de cobro del establecimiento.
Juegos de Té. En Marrakech la cultura del té es todo un arte.

En muchos Riads, existen áreas especiales para tomar el té; estancias amplias, primorosamente decoradas, que invitan a tumbarse por horas mientras se disfruta del azul eterno del cielo marroquí. En todos los restaurantes el té es la bienvenida y la despedida de los comensales y por las calles, a todas horas, la gente comparte un rato de distención acompañado de una tetera y un par de vasos de cristal. La compra de un juego de té es, por ende, una compra obligada y un recuerdo perfecto de los atardeceres más inolvidables de la región del Magreb. Se pueden encontrar verdaderas bellezas en vidrio, cerámica o metal en la confitería

Alta Costura Marroquí

Una de las sorpresas más agradables de Marrakech es la mezcla exquisita entre el gusto occidental y la tradición ancestral árabe que da como resultado prendas nunca antes vistas. Por todo Marrakech hay herbolarias de todos los tamaños y colores. Nunca en mi vida vi tantísimos tonos despampanantes como los que encontré en las entradas de las herbolarias tradicionales marroquíes.

No sólo el colorido atrae al comprador, los aromas que de estos locales se desprenden son como un imán, poderoso que nos obliga a entrar. Una vez dentro, los olores se mezclan divinamente como si de una fiesta de esencias y fragancias se tratase.

Es muy probable que los dueños o responsables inviten a los compradores a probar, degustar, sentir y dejarse envolver por los aromas, de los cientos de especias y productos que se exhiben al interior de estas tiendas. Es de esperar pasar al menos una media hora conociendo condimentos que vagamente, alguna vez, escuchamos nombrar. La compra obligada corresponde a Ras El Hanout que es una mezcla de hierbas y especias propia de la región del Magreb y que constituye un verdadero abrazo al sentido del olfato y del gusto.

Especias en los zocos de Marrakech

Productos cosméticos

El orgullo de Marrakech es el aceite de Argán. El árbol de Argán es endémico de Marruecos y con él se elaboran cientos de productos, algunos comestibles, aunque principalmente para la industria de los cosméticos. Su uso y fabricación son tan fundamentales en la cultura marroquí que en 2014 el uso de este árbol y sus frutos fueron reconocidos como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Así de fuerte es el aceite de argán en Marruecos y, por supuesto, es otra compra obligada. Hay que tener mucho cuidado y saber muy bien en donde comprarlo porque es muy frecuente que lo mezclen con aceite de oliva.

El aceite de argán es muy caro y es por eso por lo que la pureza de su origen debe comprobarse antes de realizar una compra. El aceite de argán puro tiene un marcado olor a nuez, se absorbe rápidamente y es ligero y suave al tacto, además su color es infalible pues debe ser ligeramente dorado y traslúcido. Si ha sido extraído artesanalmente, se encontrarán asientos polvosos al fondo de las botellas. Los mejores productos derivados del argán los encontré en el barrio judio de marrakech.

Babuchas (el calzado marroquí)

Para las fanáticas del zapato, en la bolsa de compras no pueden faltar dos o tres pares de babuchas, ya sea en versión de pantuflas o en zapatos de vestir. La marroquinería y peletería son industrias artesanales de muchísimo prestigio en Marruecos y no es de extrañar que produzcan diseños grandiosos y además muy cómodos que serán perfectos acompañantes de nuestros pies en cualquier lugar.

Las mejores Babuchas las encontré en la tradicional zona dedicada solo a venta de babuchas que cuenta con unas tiendas súper exclusivas repleta de cientos de maravillas marroquíes.

¿Como recorrer los zocos?

Con nuestro paseo por la Medina de Marrakech se puede visitar los zocos y los rincones escondidos con un guía local.